jueves, 31 de mayo de 2012

martes, 29 de mayo de 2012

MI OTRA MITAD


   

Para un trabajo de análisis de formas estoy adaptando este corto de Beatriz Sanchís a cómic.
Si queréis ver el corto entero pinchad aquí.

MEMENTO







lunes, 28 de mayo de 2012

- IT’S A BASQUIAT, ISN’T IT?


SPOTIFY BOX


Jordi Parra, estudiante de diseño industrial, está acabando su tesis en Suecia con una 
colaboración con Spotify. Para ver y flipar.


Por cierto, ¡quiero una!



PARA ACABAR CON LAS PELÍCULAS DE TERROR



El conde Drácula
En algún lugar de Transilvania, yace Drácula, el monstruo, durmiendo en su ataúd y aguardando que caiga la noche. Como el contacto con los rayos solares le causarían la muerte con toda seguridad, permanece en la oscuridad de su caja forrada de raso que lleva inscritas sus iniciales en plata. Luego, llega el momento de la oscuridad y, movido por un instinto milagroso, el demonio emerge de la seguridad de su escondite y, asumiendo las formas espantosas de un murciélago o un lobo, recorre los alrededores y bebe la sangre de sus víctimas. Por último, antes de que los rayos de su gran enemigo, el sol, anuncien un nuevo día, se apresura a regresar a la seguridad de su ataúd protector y se duerme mientras vuelve a comenzar el ciclo.
Ahora, empieza a moverse. El movimiento de sus cejas responde a un instinto milenario e inexplicable, es señal de que el sol está a punto de desaparecer y que se acerca la hora. Esta noche, está especialmente sediento y, mientras allí descansa, ya despierto, con smoking y su capa forrada de rojo confeccionada en Londres, esperando sentir con espectral exactitud el momento preciso en que la oscuridad es total antes de abrir la tapa y salir, decide quiénes serán las víctimas de esta velada. El panadero y su mujer, reflexiona. Suculentos, disponibles y nada suspicaces. El pensamiento de esta pareja despreocupada, cuya confianza ha cultivado con meticulosidad, excita su sed de sangre y apenas puede aguantar estos últimos segundos de inactividad antes de salir del ataúd y abalanzarse sobre sus presas.
De pronto, sabe que el sol se ha ido. Como un ángel del infierno, se levanta rápidamente, se metamorfosea en murciélago y vuela febrilmente a la casa de sus tentadoras víctimas.
—¡Vaya, conde Drácula, qué agradable sorpresa! —dice la mujer del panadero al abrir la puerta paradejarlo pasar. (Asumida otra vez su forma humana, entra en la casa ocultando, con una sonrisa encantadora, su rapaz objetivo.)
—¿Qué le trae por aquí tan temprano? —pregunta el panadero.
—Nuestro compromiso de cenar juntos —contesta el conde—. Espero no haber cometido un error. Era esta noche, ¿no?
—Sí, esta noche, pero aún faltan siete horas.
—¿Cómo dice? —inquiere Drácula echando una mirada sorprendida a la habitación.
—¿O vino a contemplar el eclipse con nosotros?
—¿Eclipse?
—Así es. Hoy tenemos un eclipse total.
—¿Qué dice?
—Dos minutos de oscuridad total a partir de las
doce del mediodía.
—¡Vaya por Dios! ¡Qué lío!
—¿Qué le pasa, señor conde?
—Perdóname… debo…
—¿Qué, señor conde?
—Debo irme… Hem… ¡Oh, qué lío!… —y, con frenesí, se aferra al picaporte de la puerta.
—¿Ya se va? Si acaba de llegar.
—Sí, pero, creo que…
—Conde Drácula, está usted muy pálido.
—¿Sí? Necesito un poco de aire fresco. Me alegro de haberos visto…
—¡Vamos! Siéntese. Tomaremos un buen vaso de vino juntos.
—¿Un vaso de vino? Oh, no, hace tiempo que dejé la bebida, ya sabe, el hígado y todo eso. Debo irme ya. Acabo de acordarme que dejé encendidas las luces de mi castillo… Imagínese la cuenta que recibiría a fin de mes…
—Por favor —dice el panadero pasándole al conde un brazo por el hombro en señal de amistad—.
Usted no molesta. No sea tan amable. Ha llegado temprano, eso es todo.
—Créalo, me gustaría quedarme, pero hay una reunión de viejos condes rumanos al otro lado de la ciudad y me han encargado la comida.
—Siempre con prisas. Es un milagro que no haya tenido un infarto.
—Sí, tiene razón, pero ahora…
—Esta noche haré pilaf de pollo —comenta la mujer del panadero—. Espero que le guste.
—¡Espléndido, espléndido! —dice el conde con una sonrisa empujando a la buena mujer sobre un montón de ropa sucia. Luego, abriendo por equivocación la puerta de un armario se mete en él—. Diablos, ¿dónde está esa maldita puerta?
—¡ Ja, ja! —se ríe la mujer del panadero—. ¡ Quéocurrencias tiene señor conde!
—Sabía que le divertiría —dice Drácula con una sonrisa forzada—, pero ahora déjeme pasar.
Por fin, abre la puerta, pero ya no le queda tiempo.
—¡Oh, mira, mamá —dice el panadero—, el eclipse debe haber terminado! Vuelve a salir el sol.
—Así es —dice Drácula cerrando de un portazo la puerta de entrada—. He decidido quedarme. Cierren todas las persianas, rápido, ¡rápido! ¡No sequeden ahí!
—¿Qué persianas? —pregunta el panadero.
—¿No hay? ¡Lo que faltaba! ¡Qué par de…! ¿Tenéis al menos un sótano en este tugurio?
—No —contesta amablemente la esposa—. Siempre le digo a Jarslov que construya uno, pero nunca me presta atención. Ese Jarslov…
—Me estoy ahogando. ¿Dónde está el armario?
—Ya nos la ha hecho esa broma, señor conde. Ya nos ha hecho reír lo nuestro.
—¡Ay… qué ocurrencia tiene!
—Mirad, estaré en el armario. Llamadme a las siete y media.
Y, con esas palabras, el conde entra en el armario y cierra la puerta.
—¡Ja, ja…! ¡qué gracioso es Jarslov!
—Señor conde, salga del armario. Deje de hacer burradas.
Desde el interior del armario, llega la voz sorda de Drácula.
—No puedo… de verdad. Por favor, créanme. Tan sólo permítanme quedarme aquí. Estoy muy bien. De verdad.
—Conde Drácula, basta de bromas. Ya no podemos más de tanto reírnos.
—Pero, créanme, me encanta este armario.
—Sí, pero…
—Ya sé, ya sé… parece raro y sin embargo aquí estoy, encantado. El otro día precisamente le decía a la señora Hess, déme un buen armario y allí puedo quedarme durante horas. Una buena mujer, la señora Hess. Gorda, pero buena… Ahora, ¿por qué no hacéis vuestras cosas y pasáis a buscarme al anochecer? Oh, Ramona, la la la la la, Ramona… 
En aquel instante entran el alcalde y su mujer, Katia. Pasaban por allí y habían decidido hacer una visita a sus buenos amigos, el panadero y su mujer.
—¡Hola, Jarslov! Espero que Katia y yo no te molestemos.
—Por supuesto que no, señor alcalde. Salga, conde Drácula. ¡Tenemos visitas!
—¿Está aquí el conde? —pregunta el alcalde, sorprendido.
—Sí, y nunca adivinaría dónde está —dice la mujer del panadero.
—¡Qué raro es verlo a esta hora! De hecho, no puedo recordar haberle visto ni una sola vez durante el día.
—Pues bien, aquí está. ¡Salga de ahí, conde Drácula!
—¿Dónde está? —pregunta Katia sin saber si reír o no.
—¡Salga de ahí ahora mismo! ¡Vamos! —La mujer del panadero se impacienta.
—Está en el armario —dice el panadero con cierta vergüenza.
—¡No me digas! —exclama el alcalde.
—¡Vamos! —dice el panadero con un falso buen humor mientras llama a la puerta del armario—. Ya es suficiente. Aquí está el alcalde.
—Salga de ahí, conde Drácula —grita el alcalde—. Tome un vaso de vino con nosotros.
—No, no contéis conmigo. Tengo que despachar unos asuntos pendientes.
—¿En el armario?
—Sí, no quiero estropearos el día. Puedo oír lo que decís. Estaré con vosotros en cuanto tenga yo algo que decir.
Se miran y se encogen de hombros. Sirven vino y beben.
—Qué bonito el eclipse hoy —dice el alcalde tomando un buen trago.
—¿Verdad? —dice el panadero—. Algo increíble.
—¡Dígamelo a mí! ¡Espeluznante! —dice una voz desde el armario.
—¿Qué, Drácula?
—Nada, nada. No tiene importancia.
Así pasa el tiempo hasta que el alcalde, que ya no puede soportar esa situación, abre de golpe la puerta del armario y grita:
—¡Vamos, Drácula! Siempre pensé que usted era una persona sensata. ¡Déjese de locuras!
Penetra la luz del día; el diabólico monstruo lanza un grito desgarrado y lentamente se disuelve hasta convertirse en un esqueleto y luego en polvo ante los ojos de las cuatro personas presentes. Inclinándose sobre el montón de ceniza blanca, la  mujer del panadero pega un grito:
—¡Mi cena se ha ido al carajo!
Cómo acabar de una vez por todas con la cultura | Woody Allen
Así quiero mi futuro estudio.


Untitled by Meixo

Untitled, a photo by Meixo on Flickr.
Y los domingos mis vecinos hablan francés.

CANINO







Increíblemente grotesca.
Yorgos Lanthimos me ha recordado a Luis Buñuel y a un Michael Haneke algo naíf.
No deja indiferente a nadie.

DEUS EX MACHINA


Deus ex Machina es la necesidad última de escribir una canción a alguien que te ha decepcionado. Némesis vengaba a los infelices.

lyrics


Mi venganza es una canción
que te persiga toda la vida


el perdón es debilidad.
Demasiados secretos desvelados
demasiadas mentiras de tu lado,
sombras te despiertan aterrorizado.

Satán no necesita abogado.
Ya vienen a por ti
ya vienen, pobre de ti
no te escondas, corre que te veo
Ya vienen a por ti,
ya vienen a por ti
mira, mira mi sangre está viva.

Me hierves las venas
todos los héroes me dais pena
mira, mira mi sangre está viva.
Ya vienen a por ti, ya vienen a por ti
mira, mira mi sangre está viva.

Ya vienen a por ti, ya vienen, pobre de ti
no te escondas, corre que te veo
Nunca estarás limpio de nuevo
demonios te llevarán al infierno
nunca estarás limpio de nuevo
tus demonios te llevarán.

Todos los héroes pueden sufrir
todos los héroes deben morir.
Mira gato como ardes ya.


Me gusta que ahora canten en español, además se han vuelto más oscuros y eso mola.

viernes, 11 de mayo de 2012

jueves, 10 de mayo de 2012


Tú también solías comer con las manos.

I can't make you love me





Morning will come,
And i'll do what's right;
Just give me till then
To give up this fight.

And i will give up this fight.

martes, 8 de mayo de 2012

JASPER JAMES






Hatsumi cruzo los brazos, cerró los ojos y se recostó en el asiento del taxi. Los pendientes de oro refulgían con el vaivén del vehículo. El vestido azul medianoche parecía haber sido confeccionado a propósito para la oscuridad del interior del taxi. Los labios bien delineados de hatsumi, pintados en un tono pálido, temblaban como si ella misma temiera abrir la boca e iniciar un monólogo. Mirándola de aquella forma, comprendí por qué Nagasawa la había elegido para ser su novia. Quizás hubiera muchas mujeres más hermosas que Hatsumi y probablemente Nagasawa podía seducir a muchas de ellas. Pero Hatsumi poseía algo que hacía estremecer el corazón de las personas. No lo lograba con un gran despliegue de energía. La fuerza que emanaba de ella estaba escondida, pero despertaba la empatía en los demás. En el taxi, de camino a Shibuya, mientras la observaba, me pregunté qué era aquella emoción que yo sentía de pronto. Pero entonces no logré hallar la respuesta.
La descubrí doce o trece años después. Había viajado a Santa Fe, Nuevo México, para entrevistar a un pintor. Al atardecer entré en una pizzería y, mientras bebía cerveza y tomaba una pizza, contemplé una puesta de sol tan hermosa que parecía un milagro. El mundo entero estaba teñido de rojo. Mi mano, el plato, la mesa…todo lo que había ante mis ojos estaba teñido de rojo. De un rojo tan brillante que parecía bañado en un jugo de frutas. En aquel atardecer abrumador me acordé de Hatsumi. Y comprendí qué había sido el estremecimiento del corazón que ella me había provocado. Era un anhelo adolescente que no había sido, ni sería jamás, colmado. Durante mucho tiempo guardé este anhelo ardiente y puro en mi interior, hasta el punto que incluso había terminado olvidándome de su existencia. Hatsumi había despertado una parte de mí que llevaba largo tiempo durmiendo. Al darme cuenta, me sentí tan triste que se me saltaron las lágrimas. Ella había sido una mujer excepcional. Alguien hubiera debido salvarla.Pero ni Nagasawa ni yo pudimos hacerlo. Hatsumi —como habían hecho muchos conocidos míos—, al llegar a cierto estadio de su vida, decidió sin más terminar con su existencia. Dos años después de que Nagasawa se marchara a Alemania, Hatsumi se casó con otro hombre y, pasados dos años, se abrió las venas con una cuchilla de afeitar. Fue Nagasawa quien me comunicó su muerte. Me escribió desde Bonn. «Con la muerte de Hatsumi, algo se ha perdido para siempre. Su pérdida es insoportablemente triste y amarga, incluso para mí.» Rompí la carta. Jamás he vuelto a escribirle.
Tokio Blues (Norwegian Wood)
Haruki Murakami
(Al ver las fotos rápidamente este libro vino a mi cabeza)